Pero yo no lo veo así.
El kakapo o kákapu es, posible y lamentablemente, una de las aves menos conocidas del mundo y que se encuentra en estado crítico de extinción. El nombre de este animal de Nueva Zelanda proviene del maorí y significa "loro nocturno". Es la única especie del género Strigops y de la subfamilia Strigopinae y es una de las aves más longevas, de una media de 95 años y una máxima de 120.
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Kakapo (Strigops habroptilus) |
+ Características físicas
Los kakapos son una las especies de loro más grandes y pesadas del mundo: los machos pueden alcanzar los 60 cm y pesar hasta 3 ó 4 kg una vez alcanzada la edad adulta. Debido a esto perdieron la capacidad de volar, ya que poseen unas alas muy pequeñas en comparación con el gran volumen de su cuerpo, por lo que las utilizan para el equilibrio y el soporte, así como para amortiguar sus caídas, dado que es un animal muy aficionado a escalar árboles. Poseen plumas de color verde musgo, mezcladas con negro en la parte posterior del cuerpo, que les permite camuflarse muy bien con la vegetación de su hábitat natural. Las plumas son extremadamente ligeras, ya que no requieren de la fuerza y rigidez necesaria para el vuelo. El vientre, cuello y cara son de color amarillento, aunque existen muchas variaciones de unos ejemplares a otros (algunos son completamente amarillos).
A diferencia de otros pájaros terrestres, y al vivir en un clima más frío que las otras especies de loros, pueden almacenar grandes cantidades de grasa corporal como aislamiento térmico y como reservas de energía extra. Su cara es redondeada, dándole un aire parecido al de las lechuzas (de hecho, los primero colonos les llamaban "loros lechuza") y su pico está especializado para machacar alimento con gran precisión, por lo que poseen una molleja más pequeña de lo habitual. Además, está rodeado por bigotes de gran sensibilidad, que utilizan para tantear el suelo cuando caminan con la cabeza gacha. Sus patas son largas y escamosas y posee garras pronunciadas, adaptadas a la perfección para escalar árboles.
Por otro lado, los kakapos tienen un sentido del olfato muy desarrollado, un perfecto complemento para la vida nocturna de estos animales, por lo que pueden distinguir olores mientras hurgan (este comportamiento sólo se ha apreciado en otra especie de loro). De hecho, una de las características más curiosas de este animal es que desprenden un olor potente y muy agradable, parecido a las flores, la miel, un ambientador o incluso la caja vieja de un violín; esto podría ser una señal química para el apareamiento. Sin embargo, también es una desventaja para los kakapos, pues atrae inevitablemente a los predadores también.
+ Reproducción del kakapo

+ Historia

+ Comportamiento
Este animal es sobretodo nocturno. Ya que no puede volar, es muy aficionado a escalar, ascendiendo utilizando sus garras para ello a las copas de los más altos árboles. También son capaces de utilizar sus alas a modo de paracaídas al lanzarse de tales alturas. Por el mismo motivo de haber perdido la capacidad de vuelo, han desarrollado unas patas muy fuertes, siendo así capaces de correr a una considerable velocidad, aunque no son capaces de mantener dicha velocidad durante demasiado tiempo.

Sin embargo, un comportamiento que no le ha servido de mucho a este ave debido a su peligro inminente de extinción es su reacción frente a una amenaza. Cuando este percibe alguna señal, simplemente se mantiene inmóvil, tratando de pasar desapercibido entre la vegetación, con la cual pueden mimetizarse gracias al color se su plumaje. Esta estrategia había sido muy eficaz para evitar a su principal depredador, la gigantesca águila de Haast, de tres metros de envergadura, pero esta se extinguió en el 1400 y esta técnica no le protege frente a mamíferos introducidos por el ser humano.
+ Peligro y conservación
La población de kakapos en Nueva Zelanda se ha visto increíblemente reducida a partir de la colonización polinesia y europea del ser humano y la introducción de mamíferos que actuaron como nuevos predadores como gatos, perros, ratas, comadrejas y armiños, casi todas estas aves fueron exterminadas. Por otro lado, miles de kakapos fueron sacrificados para colecciones de museos. A consecuencia de esto, están en un peligro de extinción crítico, con sólo 131 ejemplares vivos reconocidos actualmente.

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